El gateo es un momento evolutivo muy importante, pues supone una adquisición de autonomía frente a los padres y una oportunidad de descubrir y experimentar el entorno que el niño no había tenido hasta entonces.

El gateo desarrolla los sistemas táctil, propioceptivo, motriz, vestibular y VISUAL, e integra además los diferentes subsistemas del movimiento que componen otros muchos más complejos como andar, correr, etc. Por tanto, si el gateo se desarrolla correctamente se favorecen las conexiones futuras de todo tipo entre los dos hemisferios cerebrales, de estas conexiones depende el correcto desarrollo de funciones cognitivas (aprendizaje) y de movimiento más complejas.

Es a través de arrastrarse y gatear que las actividades inmaduras de ver, sentir y moverse se sincronizan por primera vez para aportar una imagen más completa del entorno.

El 95% de niños que no gatean tienen problemas de lectoescritura. El 5% restante lo suple trabajando la manualidad.

Glenn Doman

DESARROLLO TÁCTIL

En el gateo, la cabeza está en un plano y la palma de la mano en otro. El niño siente la tactilidad de la palma que está viendo. Esto es fundamental para desarrollar luego la oposición cortical de que el dedo gordo de la mano se opone a los otros cuatro.

El desarrollo de esta función en las manos es la que permite servirse de ellas y asir los objetos, esa manualidad fina es esencial para luego poder escribir. Además, al masajear la palma de la mano ésta envía información al cerebro de dónde está y de las diferentes sensaciones que va sintiendo al moverla y apoyarse, así como de los estímulos producidos por la textura y otras características del medio que está presionando.

DESARROLLO MOTRIZ

Mediante el apoyo en equilibrio sobre las dos extremidades opuestas el ser humano puede desplazarse, avanzar las dos extremidades del otro eje y, al tiempo, encontrar nuevos puntos de apoyo que serán la base del siguiente desplazamiento.

Ese movimiento comprende el del eje de las caderas y el de los hombros. Estas articulaciones se mueven en rotaciones contrarias entre sí al avanzar gateando y crean una torsión relativa de la columna en cada sentido en función del eje actuante. Dicha torsión posiciona correctamente y sin sufrir presiones extrañas las vértebras y los discos intersticiales, además de tonificar adecuadamente los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente erecta cuando esté maduro para poder ponerse de pie. Desarrolla el patrón cruzado. Este patrón es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal organizado y en equilibrio del cuerpo humano.

DESARROLLO VESTIBULAR

Se activa la emisión de señales de los dos laberintos del oído al cerebelo para que el cerebro sepa constantemente en qué posición está la cabeza y así tenga un punto imaginario que le permita luego referenciar (colocar) todo el cuerpo respecto a esa posición.

DESARROLLO PROPIOCEPTIVO

Consiste en saber dónde están todos y cada uno de los puntos del propio cuerpo, lo que permite mandar órdenes precisas a cada uno de ellos y llegar a moverlo, así como cada una de sus partes con las otras de forma armónica y rítmica.

DESARROLLO VISUAL

    • Se desarrolla la convergencia visual y posibilita el enfoque de los ojos. Al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el niño converge o enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia. Cuando mira a dónde va, a unos tres metros por lo menos, coloca con los ojos la convergencia en un punto infinito. Éste es un estupendo ejercicio muscular para los ojos que facilita la acomodación visual. Y es tal su importancia que, según estudios de optometristas, el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños.
    • Se facilita el aprendizaje de la lecto-escritura. Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir. Por tanto, el gateo favorece decisivamente la aparición temprana de ambas funciones -leer y escribir- con los beneficios adicionales que ello conlleva intelectualmente.

El gateo es un ejercicio preventivo para la lectura. Las capacidades de enfocar a distancia y la coordinación óculo-manual utilizadas en el acto de arrastrarse son las mismas habilidades que el niño utilizará cuando aprenda a escribir y a leer.

-- M.T. Aldrete

RESUMEN

Si el bebé no hace el movimiento de reptar y gatear, las posibles consecuencias que en un futuro podemos encontrar serán:

    • Dificultad para seguir con los ojos una línea.
    • Dificultad con la escritura.
    • Problemas de coordinación ojo-mano, fundamental para escribir y coger pelota.
    • Problemas de concentración.
    • Problemas de aprendizaje.
    • Problemas de coordinación de movimientos.
    • Dificultades para andar homolateral.
    • Dificultad para coordina manos y ojos.
    • Ciertos problemas con el habla, problemas de concentración y de motricidad gruesa.
    • Dificultad para expresar los pensamientos e ideas.

Un gran porcentaje de niños con dificultades de lectura habían omitido las fases de arrastrarse y gateo durante su infancia.

-- Pavlides

CONCLUSIÓN

Con todo ello se concluye que es de extrema importancia facilitar y estimular los movimientos de rectar y gatear en el bebé, que no siempre son innatos, para alcanzar un buen aprendizaje ya que asienta las bases de una buena lateralización, determinación manual, ocular, auditiva y podal.

En nuestro centro les enseñaremos técnicas para aprender a fomentar el gateo en su bebé.

Para una mejor atención solicite cita previa.
 
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